Hay procesos internos que no hacen ruido. Son movimientos que se gestan en silencio mucho antes de que podamos nombrarlos. A veces, sentimos que “algo se está recolocando”, aunque no sepamos explicar qué es. Esto no sucede de golpe ni aparece como una revelación luminosa. Más bien parece a un amanecer, que no se inicia en un instante exacto. Simplemente, un día te descubres respirando distinto.
Ese cambio suele comenzar cuando nuestros patrones de supervivencia, los modos en que aprendimos a protegernos en la infancia o en momentos críticos, empiezan a aflojar. Ya no reaccionamos con tanta dureza, ya no necesitamos defendernos de todo o ya no vivimos pendientes de la herida que nos marcó. Es como si una capa de tensión que llevaba años instalada se disolviera sin previo aviso.
Las tradiciones chamánicas explican este fenómeno como recuperación de alma. Según estas tradiciones, ante un trauma, una parte de nuestra energía vital se retira para permitirnos sobrevivir. Pero, esa parte no desaparece. Simplemente queda a la espera. Esa es la porción de alma que, llegado el momento, inicia un movimiento lento y amoroso de regreso.
Según la psicología profunda, podríamos decir que empezamos a vivir desde la presencia adulta y no desde la herida. Según el chamanismo, el alma vuelve a ocupar su lugar. En definitiva, recuperamos algo que habíamos perdido sin darnos cuenta.
Este retorno interior se manifiesta de formas muy concretas, aunque a veces sutiles:
- - Dejan de pesarnos historias que antes nos atrapaban.
- - Recordamos sin quedar enganchados al dolor.
- - Podemos expresarnos sin justificarnos.
- - La soledad deja de ser una amenaza y se convierte en un espacio en el que escucharnos.
- - Ya no necesitamos sostener a nadie ni solucionarlo todo.
- - Aparece un gusto por lo simple: un gesto, una luz, un instante.
Cuando esto ocurre, algo en nosotros se reorganiza. Se libera una energía que antes invertíamos en sostener defensas, en proteger heridas o en sobrevivir y esa energía se vuelve disponible para crear y seguir avanzando.
Precisamente porque este movimiento es tan natural y transformador,
Realizar este trabajo a final de año cobra un sentido especial porque es un momento propicio para cerrar ciclos, liberar cargas y entrar en el nuevo año con mayor vitalidad, claridad, presencia, vitalidad y coherencia interna.
Este proceso profundo es el corazón del taller Recuperación de Alma que facilitaré los días 6 y 7 de diciembre en Amalurra, dentro de un espacio experiencial, no psicoterapéutico, donde exploraremos los territorios internos donde la psique guarda la fuerza vital que un día tuvo que fragmentarse. Aprenderemos a recuperar fragmentos de alma tanto para nosotros como para otros, a través de prácticas rituales que permiten que lo que excluido vuelva a integrarse.
Para participar es imprescindible haber realizado previamente el Taller Básico de Chamanismo, ya que este trabajo requiere un recorrido previo para sostener la experiencia con seguridad, responsabilidad y profundidad.
Si sientes que estás en un momento de cambio, si intuyes que tu alma te está llamando a mirar hacia dentro, si reconoces que ya no quieres vivir desde los viejos mecanismos de defensa, este taller puede abrir el espacio adecuado para ello.
Te espero en Amalurra, para acompañarte a recibir lo que quiere volver a casa.
